la era victoriana
La época victoriana de la historia del Reino Unido marcó la cúspide de surevolución industrial y del imperio británico. Aunque esta expresión se usa comúnmente para referirse al extenso reinado de Victoria I (20 de junio de 1837 — 22 de enero de 1901), algunos académicos anticipan el comienzo del período, caracterizado por los profundos cambios habidos en las sensibilidades culturales y en las preocupaciones políticas, a la promulgación del Acta de Reforma de 1832. Históricamente, esta etapa fue precedida por la Regencia y continuada por el período eduardiano.
La reina Victoria, con 64 años en el trono, tuvo el reinado más largo en la historia de los monarcas británicos, y los cambios culturales, políticos, económicos, industriales y científicos que tuvieron lugar durante su reinado fueron extraordinarios. Cuando Victoria ascendió al trono, Inglaterra era esencialmente agraria y rural; a su muerte, el país se encontraba altamente industrializado y la mayoría de su territorio ya estaba conectado por una red ferroviaria que seguía expandiéndose. La transición no fue suave. Las primeras décadas del reinado de Victoria fueron testigos de varias epidemias (especial gravedad revistieron las detifus y cólera), serios problemas en la producción y distribución de alimentos básicos y los consecuentes colapsos económicos. También se produjeron disturbios sociales causados por la inequidad de la configuración del derecho de sufragio y en protesta por la derogación de las leyes agrícolas. aprobadas durante las guerras napoleónicas.
Se divide la época victoriana en tres etapas:
- Victorianismo temprano (1837-1851). El ascenso al trono de la reina Victoria contempla la fase de asentamiento de la sociedad nacida tras la revolución industrial.
- Victorianismo medio (1851-1873). La Gran Exposición celebrada en el Crystal Palace de Londres se considera el inicio de un largo periodo de estabilidad interna propiciado por la hegemonía que obtuvo el Reino Unido al ser el primer estado que culminó con éxito el proceso industrializador característico de este siglo en Occidente.
- Victorianismo tardío (1873-1901). Se agudizan los problemas con Irlanda y las colonias al mismo tiempo que se radicaliza el movimiento obrero y sindical.
Política y privacidad
El periodo está a menudo caracterizado por un pacífico largo tiempo de consolidación de la economía, el sistema colonial y la industrialización, perturbado temporalmente por la Guerra de Crimea, aunque Gran Bretaña estuvo en guerra todos y cada uno de los años del periodo. Hacia fin de siglo, las políticas de Nuevo Imperialismo condujeron a un incremento de los conflictos en las colonias y con el tiempo a las Guerras de los Bóer. En casa, la agenda era cada vez más liberal con ciertos cambios dirigidos a una reforma política y la extensión del derecho al voto.
Durante la primera parte del periodo la Cámara de los Comunes estaba dominada por dos partidos, los Whig y los Tory. A partir del final de la década de los 1850 los Whig se convirtieron en los Liberales. Diversos prominentes hombres de Estado dirigieron uno u otro partido, incluyendo a William Lamb, Sir Robert Peel, Edward Smith-Stanley, Henry John Temple,William Ewart Gladstone, Benjamin Disraeli y Robert Gascoyne-Cecil. Los problemas sin solucionar en relación al derecho de autogobierno de Irlanda desempeñaron un papel importante en los últimos años de la era Victoriana, particularmente por la determinación de Gladstone de alcanzar un acuerdo político.
Economía
Gran Bretaña durante el período victoriano sigue siendo eminentemente textil que, junto a la industria de la confección, da empleo a casi el 40% de la mano de obra industrial en 1880. La mecanización se dio con diferencias en los sectores, algunos la adoptaron más rápidamente -como el algodón- y otros, con mayor retraso -como la lana-. La industria siderúrgica experimentó un fuerte crecimiento para luego disminuir. El índice de exportación británica fue más elevado en la segunda fase de la Revolución Industrial. entre los años 1840 y 1860.
Sociedad
La sociedad en la época victoriana estaba exacerbada de moralismos y disciplina, con rígidos prejuicios y severas interdicciones. Los valores victorianos se podrían clasificar como "puritanos" destacando en la época los valores del ahorro, el afán de trabajo, la extrema importancia de la moral, los deberes de la fe y el descanso dominical como valores de gran importancia.
Los varones dominaban la escena tanto en los espacios públicos como en la privacidad, las mujeres se debían a los lugares privados, con un estatus de sometimiento y del cuidado de sus hijos y del hogar, referente de ello es la novela Ana Karenina mostrando que la sociedad no permite el resquebrajamiento de la moral. Otro claro ejemplo fue la condena por sodomía a Oscar Wilde con Lord Alfred Douglas a dos años de trabajos forzados.
Quizá por la acentuada moral de la época sea la observación del psicoanalista jacques Lacan, quién dice que sin la reina Victoria el psicoanálisis no hubiera existido, ella fue la causa del deseo de Sigmund Freud y la que hizo necesario lo que Lacan llamó el "despertar".
Las condiciones como la pereza se vinculaban con los excesos y la pobreza con el vicio. La repulsión social hacia el vicio también se traduce en el sexo, relacionado con las bajas pasiones y su carácter animal proveniente de la carne. Por ello, la castidad era una virtud a resguardar.
La insatisfacción femenina, en cualquier ámbito, era tratada como un desorden de ansiedad con pastillas y psicoanálisis y, si la mujer tenía suficientes recursos económicos, lo trataba en manos de un "experto" que las estimulaba sexualmente con sus manos.
Diferencia de clases en las mujeres en el año 1871: Mujer aristócrata y mujer trabajadora de Londres.
Las clases sociales
La imagen cotidiana de la época victoriana es la de una sociedad burguesa y proletaria. La burguesía inglesa se llamaba a sí misma "middle class" limitando con la "upper class", que era la nobleza y los grandes aristócratas con renombradas familias. Su número estaba constituido por apenas cinco millones de personas sobre un total de 25 millones. La alta burguesía estaba compuesta por banqueros, hombres de negocios y financieros, herederos de quienes habían arriesgado su capital en pos de la nueva forma que tomaba la economía.
En cuanto a la clase media común y la clase media baja, intentaban emular a la clase alta siendo pequeños tenderos y empresarios, médicos, abogados, comerciantes.
Trabajo infantil
El texto Oliver Twist de Charles Dickens es el mejor reflejo de trabajo infantil en la época victoriana, irrumpe en escena en 1838 y cae como "balde de agua fría" a los británicos. Con una crítica mordaz de la hipocresía social, las instituciones y la justicia debido a los estragos que hacían el hambre, el trabajo y la mortalidad infantil.
El promedio de vida de la época era de unos 40 años, la muerte de los adultos provenía de la tuberculosis, mientras que la de los niños era el sarampión, la viruela y el hambre. Los niños trabajadores de la industria textil podían además padecer tuberculosis a causa del polvo y la humedad, además de asma o alergias, escoliosis o raquitismo. Una encuesta de la Asociación Británica de 1878 demuestra que los niños trabajadores tenían una media inferior a 12 centímetros que sus pares de los círculos aristocráticos y burgueses.
Arquitectura
El ineludible sentido de la novedad dio como resultado un profundo interés por la relación entre la modernidad y la continuidad cultural. El Renacimiento Gótico en la arquitectura se convirtió en algo cada vez más significativo durante el periodo, llevando a la Batalla de los Estilos entre los ideales Gótico y Clásico. El diseño arquitectónico de Charles Barry del nuevo Palacio de Westminster, que había sido gravemente dañado en un incendio en 1834, se construyó siguiendo el estilo medieval de Westminster Hall, parte aún en pie del edificio. Constituía una narración de la continuidad cultural, en oposición a la violenta separación de la Revolución francesa, una comparación común al periodo, como expresaron Thomas Carlyle enLa Revolución francesa: una historia y Charles Dickens en Historia de dos ciudades. El arte gótico fue también apoyado por John Ruskin, que argumentó que ejemplificaba los valores comunales y sociales, al contrario que el Clasicismo, el cual él consideraba que realzaba la estandarización mecánica.
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